Este proyecto nace de la tierra,
de la madre roca y del agua bañadas por la luz
que inunda y llena de calidez el territorio.
La evolución y la tecnología transforman el entorno y a menudo
nos impiden rememorar la tradición constructiva y el gusto por el
medio natural, en favor de un mundo cada vez más industrializado.
medio natural, en favor de un mundo cada vez más industrializado.
Por eso, es necesario echar la vista atrás y contemplar las
raíces que nos agarran al terreno, con la historia y las características
raíces que nos agarran al terreno, con la historia y las características
que dotan al ser humano con una cultura concreta, con una
idiosincrasia que lo caracteriza y lo diferencia de los demás.
idiosincrasia que lo caracteriza y lo diferencia de los demás.
La arquitectura tiene la obligación y el deber de mantener
estas propiedades, incluso de su fomento y perfección.
La antigua Aldea de la Luz quedó sumergida bajo el
pantano de Alqueva y la su orilla,
estas propiedades, incluso de su fomento y perfección.
La antigua Aldea de la Luz quedó sumergida bajo el
pantano de Alqueva y la su orilla,
la han vuelto a reconstruir.
Es un esfuerzo de reivindicación, un claro
manifiesto del arraigo de su gente y el
incesante objetivo de sobrevivir al
paso del tiempo.
Pero si miramos hacia atrás no podremos caminar hacia el futuro,
el cual debería ser recto y esperanzador. Y ante esta disyuntiva
hay que buscar el dificil equilibrio entre el arraigo y la innovación.
hay que buscar el dificil equilibrio entre el arraigo y la innovación.
En el diseño de este proyecto se propone una construcción
económica, prefabricada y diseñada de manera
industrial para una rápida ejcución y montaje en situ.
Y la mejor forma de unirla a la tradición del territorio
es anclándola a la roca madre que desnuda y paciente espera
a ser los cimientos de la nueva sociedad de Aldea de la Luz.
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